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Epidemia de VIH a nivel mundial

El SIDA es una crisis de carácter excepcional: es a la vez una emergencia y una cuestión de desarrollo a largo plazo. A pesar del aumento de la financiación, el compromiso político y los progresos realizados en la ampliación del acceso al tratamiento del VIH, la epidemia de SIDA sigue adelantándose a la respuesta mundial. No hay ninguna región del mundo a salvo. La epidemia mantiene su gran dinamismo, su crecimiento y su carácter cambiante, mientras el virus aprovecha nuevas posibilidades de transmisión [1].

Después de más de 20 años y 20 millones de personas fallecidas tras el primer diagnóstico de SIDA en 1981, cerca de 39 millones de personas están viviendo con el VIH, virus que ha desencadenado una epidemia mundial mucho más extensa que la que se predijo hace apenas una década (Tabla 1). Aún cuando es difícil encontrar un remedio, se han adquirido enseñanzas fundamentales acerca de lo que funciona mejor para prevenir nuevas infecciones y mejorar la calidad de vida y la atención de las personas que viven con el VIH [2].

Tabla 1. Resumen mundial de la epidemia de VIH/SIDA, diciembre de 2004

Personas que vivían con el VIH en 2004

 

Total

Adultos

Mujeres

Menores de 15 años

39,4 millones

37,2 millones

17,6 millones

2,2 millones

Nuevas infecciones por el VIH en 2004

 

Total

Adultos

Menores de 15 años

4,9 millones

4,3 millones

640 000

Defunciones causadas por el SIDA en 2004

 

Total

Adultos

Menores de 15 años

3,1 millones

2,6 millones

510 000

Fuente: Programa conjunto UNAIDS/OMS, diciembre 2004

Los problemas que plantea la infección por el VIH varían enormemente de un lugar a otro, dependiendo de la magnitud y rapidez de la propagación del virus y de la existencia de un gran número de personas infectadas que hayan empezado a enfermar o fallecer.

ÁFRICA SUBSAHARiANA

África Subsahariana tiene poco más del 10% de la población mundial, pero alberga a más del 60% de todas las personas que viven con el VIH: unos 25,4 millones. En 2004, se estima que 3,1 millones de personas en esta región contrajeron la infección, mientras que 2,3 millones fallecieron a causa del SIDA. Entre los jóvenes de 15-24 años, se estima que el 6,9% de las mujeres y el 2,2% de los varones vivían con el VIH a finales de dicho año (Tabla 2).

Aparentemente, se está produciendo una estabilización en las tasas de prevalencia del VIH, pero esto se debe principalmente a un aumento en las defunciones por SIDA y a un crecimiento continuo en las nuevas infecciones. La prevalencia continúa aumentando en algunos países como Madagascar y Swazilandia, mientras que en otros como Uganda está descendiendo en el conjunto del país.

No puede decirse que exista una epidemia de VIH típica de África; a lo largo del continente se observan grandes diferencias en los niveles y tendencias de la infección por el VIH. En seis países, la prevalencia del VIH en adultos es inferior al 2%, mientras que en otros seis está por encima del 20%. Los siete países de África meridional presentan niveles de prevalencia del VIH superiores al 17%, con tasas para Botswana y Swazilandia por encima del 35%. En África occidental la prevalencia del VIH es mucho más baja; ningún país de esa región tiene una prevalencia superior al 10%, y en su mayoría esa tasa oscila entre el 1% y el 5%. La prevalencia en adultos en los países de África central y oriental se sitúa entre las correspondientes a las zonas occidental y meridional del continente, con valores entre el 4% y el 13%.

Las mujeres africanas corren mayor riesgo de contraer el VIH, y se infectan a una edad más temprana que los varones. En el momento actual, en África Subsahariana por término medio hay 13 mujeres VIH+ por cada 10 varones VIH+, en contraposición a 12 mujeres infectadas por cada 10 varones infectados en 2003. La diferencia en los niveles de infección entre varones y mujeres es aún más notable en el caso de los jóvenes de 15-24 años [2].

ÁFRICA DEL NORTE y ORIENTE MEDIO

La preocupación de que el VIH siga reforzando su presencia en Oriente Medio y África del Norte se ha visto confirmada por las últimas estimaciones, que indican que 92.000 personas contrajeron la infección por el VIH en 2004. Esto eleva a 540.000 el número total de personas que viven con el virus en esta región. Se estima que el SIDA se cobró la vida de 28.000 personas en 2004. Entre los jóvenes de 15-24 años, el 0,3% de las mujeres y el 0,1% de los varones vivían con el VIH a finales de 2004. El VIH se transmite por diferentes vías en esta región, incluidas las relaciones sexuales remuneradas (Yemen), las relaciones sexuales entre varones y el consumo de drogas intravenosas (Argelia, Bahrein, Kuwait y Omán, Iran), y existe un margen significativo para una ulterior expansión de la epidemia.

Asolado por la guerra civil y las crisis humanitarias, el Sudán sigue siendo el país más afectado de la región (el 2% de la población adulta estaba viviendo con el VIH). Es posible que el cese gradual del conflicto en ciertas partes del país acelere la propagación del VIH, a medida que las personas reanuden sus patrones habituales de movilidad y comercio. En el resto de los países de la región, las epidemias se encuentran todavía en sus fases iniciales. Conviene señalar, sin embargo, que los datos insuficientes de vigilancia en casi todos los países podrían implicar que se están pasando por alto brotes significativos de VIH en algunas poblaciones (incluidos los varones que tienen relaciones sexuales con varones y los consumidores de drogas intravenosas) [2].

ASIA

Los niveles nacionales de infección por el VIH en Asia son bajos en comparación con otros continentes, en particular África. Pero las poblaciones de muchos países asiáticos son tan grandes que incluso una baja prevalencia nacional supone un gran número de personas que viven con el VIH. Las últimas estimaciones indican que unos 8,2 millones de personas (2,3 de mujeres adultas) estaban viviendo con el VIH a finales de 2004, incluidas los 1,2 millones que se infectaron durante el pasado año. El SIDA se cobró unas 540.000 vidas en 2004. Entre los jóvenes de 15-24 años, el 0,3% de las mujeres y el 0,4% de los varones vivían con el VIH a finales de 2004.

Tabla 2. Estadísticas y características regionales del VIH/SIDA, diciembre de 2004.

Región

 

Inicio de la Epidemia

Adultos y niños que viven con el VIH/SIDA

Adultos y niños infectados por el VIH durante 2000

Prevalencia entre adultos

Porcentaje de adultos VIH positivos que son mujeres

Principales vías de transmisión

África Subsahariana

Finales de los 70-comienzos de los 80

25,4 millones

3,1 millones

7,4%

57%

Hetero

África del Norte y Oriente Medio

Finales de los 80

540 000

92 000

0,3%

48%

Hetero, UDI

Asia Meridional y Sudoriental

Finales de los 80

7,1 millones

890 000

0,6%

30%

Hetero, UDI

Asia Oriental y Pacífico

Finales de los 70-comienzos de los 80

1,1 millones

290 000

0,1%

22%

UDI, Hetero, Homo

América Latina

Finales de los 80

1,7 millones

240 000

0,6%

36%

UDI, Hetero, Homo

Caribe

Finales de los 70-comienzos de los 80

440 000

53 000

2,3%

49%

Hetero, UDI

Europa Oriental y Asia Central

Comienzos de los 90

1,4 millones

210 000

0,8%

34%

UDI

Europa Occidental y central

Finales de los 70-comienzos de los 80

610 000

21 000

0,3%

25%

Homo, UDI

América del Norte

Finales de los 70-comienzos de los 80

1,0 millones

44 000

0,6%

25%

UDI, Hetero, Homo

Australia y Nueva Zelanda

Finales de los 70-comienzos de los 80

35 000

5000

0,2%

21%

Homo

TOTAL

 

39,4 millones

4,9 millones

1,1%

47%

 

Fuente: Programa conjunto UNAIDS/OMS, diciembre 2004. UDI: usuarios de drogas inyectables, Hetero: heterosexual, Homo: homosexual.

Asia no sólo es grande, sino también diversa, y las epidemias de VIH en la región comparten esta diversidad, con notables diferencias en cuanto a naturaleza, ritmo y gravedad. En general, los países asiáticos pueden dividirse en varias categorías según las epidemias que estén experimentando. Mientras que algunos países se vieron afectados desde el principio (por ej., Camboya, Myanmar y Tailandia), otros sólo ahora están empezando a experimentar un crecimiento rápido de la epidemia. Entre ellos, figuran Indonesia, Nepal, Viet Nam y varias provincias de China. En Myanmar y ciertas partes de la India y China, el VIH se ha arraigado fuertemente en determinados sectores de la sociedad, a pesar de esfuerzos discretos para frenar la propagación de la epidemia. Otros países siguen teniendo niveles sumamente bajos de prevalencia del VIH, incluso entre personas con un alto riesgo de exposición al virus. Algunos de esos países son Bangladesh, Timor Oriental, Laos, Pakistán y Filipinas.

No obstante, la epidemia en Asia dispone de mucho espacio para el crecimiento. El comercio sexual y el uso de drogas ilegales son prácticas extendidas, al igual que la migración y la movilidad entre fronteras y dentro de los propios países. Con más de cien millones de personas implicadas, China, en concreto, está experimentando movimientos de población de una envergadura mucho mayor que cualquier otro que se haya producido en la historia. Asimismo, después de haber erradicado prácticamente las infecciones de transmisión sexual durante los años sesenta, China asiste en la actualidad a un incremento repentino de estas tasas que, a la larga, podría traducirse en una mayor propagación del VIH.

La diversidad de la epidemia en la India es aún mayor que en China. Hay varios factores que contribuyen a sostener la epidemia: a) la gran proporción de consumidores de drogas intravenosas tanto en hombres como en mujeres, estas últimas profesionales del sexo, que se inyectan drogas b) la notable juventud de muchos consumidores de drogas intravenosas y por lo tanto en edad fértil, c) fuerte influencia del comercio sexual, d) el poco éxito de los programas de prevención, e) una elevada proporción de los varones que tienen relaciones sexuales con varones, también las tienen con mujeres [2].

AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

En América Latina, viven con el VIH alrededor de 1,7 millones de personas. La epidemia está concentrada entre las poblaciones en alto riesgo de infección por el VIH, es decir, consumidores de drogas intravenosas y varones que tienen relaciones sexuales con varones (Tabla 2). Se estima que en esa región 240.000 adultos y niños contrajeron la infección a lo largo de 2004. Las bajas prevalencias nacionales de la región esconden graves epidemias locales. Por ejemplo, en el Brasil (el país más poblado de la región), la prevalencia nacional es inferior al 1%, pero en algunas ciudades el 60% de los consumidores de drogas intravenosas están infectados por el VIH.

En América central, el VIH se propaga predominantemente a través de las relaciones sexuales, tanto heterosexuales como entre varones homosexuales.

En el Caribe existen tres países que presentan tasas de prevalencia nacional del VIH de, por lo menos, el 3%: Bahamas, Haití y Trinidad y Tobago. En esta región, alrededor de 440.000 personas están viviendo con el VIH, incluidas las 53.000 que contrajeron el virus en 2004 y 36.000 personas que fallecieron por SIDA durante ese mismo año. Entre los jóvenes de 15-24 años, alrededor del 3,1% de las mujeres y el 1,7% de los varones vivían con el VIH a finales de 2004. La epidemia del Caribe es principalmente heterosexual, y en muchas partes está concentrada entre los trabajadores sexuales. Sin embargo, también se está propagando entre la población general. El país más afectado es Haití, con una prevalencia nacional de alrededor del 5,6%, la más elevada fuera de África [2].

EUROPA ORIENTAL Y ASIA CENTRAL

En Europa oriental y Asia central, el número de personas que viven con el VIH ha aumentado drásticamente en tan sólo unos pocos años, hasta alcanzar una cifra estimada de 1,4 millones a finales de 2004. Esto supone un incremento de más de nueve veces en menos de 10 años. Durante el pasado año, el VIH infectó a unas 210.000 personas, y se estima que otras 60.000 fallecieron a causa del SIDA. Entre los jóvenes de 15-24 años, se estima que el 0,8% de las mujeres y el 1,7% de los varones vivían con el VIH a finales de 2004.

La región está experimentando diversas epidemias de VIH. La más grave y firmemente arraigada es la de Ucrania, que sufre actualmente una nueva oleada de infecciones, mientras que la Federación de Rusia presenta la epidemia más grande de toda la región (de hecho, de toda Europa). Sin embargo, el VIH se distribuye de forma desigual en Rusia; así, aproximadamente el 60% de todas las infecciones por el VIH comunicadas hasta ahora se localiza en tan sólo 10 de sus 89 regiones.

Entre tanta diversidad sobresalen cuatro características: a) la mayoría de las epidemias de la región se encuentran todavía en sus etapas iniciales; b) la inmensa mayoría de las personas que viven con el VIH en esta región son jóvenes: más del 80% de las infecciones comunicadas se han detectado en personas menores de 30 años (como comparación, en Europa occidental sólo un 30% de las personas con el VIH se encuadra en este grupo de edad); c) la transmisión sexual del VIH está aumentando en todos los países más afectados, una indicación de que la epidemia ha establecido una cabeza de puente en la población general; d) las continuas y azarosas transiciones sociales y económicas tienden a alimentar el consumo de drogas y el comercio sexual, actuando como contexto en el que un número extraordinariamente grande de jóvenes se inyecta drogas y comercian con su cuerpo [2].

AMÉRICA DEL NORTE Y EUROPA OCCIDENTAL Y CENTRAL

En América del Norte y Europa occidental y central, se produjeron unas 64.000 nuevas infecciones en 2004, lo que sitúa la cifra de personas que vivían con el VIH en estos países entre 1,1 y 2,2 millones. En jóvenes de 15-24 años, el 0,1% de las mujeres y el 0,2% de los varones vivían con el VIH a finales de 2004. Durante el último año, el acceso generalizado a tratamientos antirretrovíricos que prolongan la vida ha permitido mantener la cifra de defunciones por SIDA entre 15.000 y 32.000. Sin embargo, hay indicios manifiestos de que los esfuerzos de prevención no están a la par con los cambios de la epidemia en diversos países (Tabla 2).

Las relaciones sexuales entre varones y, en menor medida, el consumo de drogas intravenosas siguen siendo factores prominentes en las epidemias de estos países, pero los patrones de transmisión del VIH están cambiando. La epidemia está afectando a nuevos segmentos de la población. En Europa occidental, se aprecia una tendencia al alza en la proporción de infecciones por el VIH atribuíbles al coito heterosexual, con el incremento consiguiente del número de diagnósticos en mujeres y gran parte de los nuevos diagnósticos de VIH corresponde a personas originarias de países con epidemias graves. En los Estados Unidos de América, se concentra de forma desproporcionada en los afroamericanos y está afectando a un número creciente de mujeres, a las que corresponde hasta el 72% de los nuevos diagnósticos de VIH entre todas las mujeres estadounidenses. Con el cambio de siglo, el SIDA ya figuraba entre las tres primeras causas de mortalidad para los varones afroamericanos de 25-54 años y las mujeres afroamericanas de 35-44 años (Centers for Disease Control and Prevention, 2003).

En los países de Europa central (incluidos la República Checa y Hungría), las cifras de nuevas infecciones por el VIH han permanecido estables desde finales de los años 90, y el mayor número de tales infecciones se ha registrado en Polonia. En la República Checa, Hungría, Eslovenia y Eslovaquia, se sabe que las relaciones sexuales entre varones constituyen el modo predominante de transmisión del VIH [2].

OCEANÍA

Se estima que 35.000 personas están viviendo con el VIH en Oceanía. Aunque se cree que menos de 700 personas fallecieron por SIDA durante 2004, cabe pensar que unas 5.000 contrajeron la infección por el VIH. Entre los jóvenes de 15-24 años, se estima que el 0,2% de las mujeres y el 0,2% de los varones vivían con el VIH en ese mismo año.

Como en el caso de Nueva Zelanda, la transmisión del VIH en Australia sigue siendo principalmente consecuencia de las relaciones sexuales entre varones, que representaron más del 85% de los nuevos diagnósticos de VIH. Papua Nueva Guinea tiene la prevalencia máxima de infección por el VIH en el Pacífico. Los datos disponibles señalan que la epidemia se concentra en las relaciones sexuales comerciales y esporádicas, la mayor parte de ellas heterosexuales. Se ha observado una alta prevalencia del VIH entre los profesionales del sexo.

Los niveles de infección por el VIH son aparentemente muy bajos en otras partes de Oceanía, pero los datos son sumamente limitados. Se están detectando tasas elevadas de otras infecciones de transmisión sexual en diversas islas. En tales contextos, cuando el VIH se abre camino entre las reducidas poblaciones de los países isleños de Oceanía, cabe presagiar una ulterior propagación de la epidemia. Se requieren con urgencia estrategias de prevención que reduzcan y traten las infecciones de transmisión sexual y que aumenten rápidamente el conocimiento sobre el SIDA entre la población general [2].

REFERENCIAS

1. ONUSIDA. Informe sobre la epidemia mundial de sida. Resumen analítico. http//wwwunaidsorg Diciembre de 2004.

2. ONUSIDA. Situación de la epidemia de SIDA. In: UNAIDS, ed. http//wwwunaidsorg. Ginebra, Diciembre de 2004.

 

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